En 1985 hizo historia en los Oscar aunque ni siquiera era actor: 11 años después sería asesinado delante de su propia casa
Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

La historia de Haing S. Ngor, un médico víctima del genocidio de Camboya que se convirtió en actor e hizo historia con 'Los gritos del silencio'

Han pasado casi 40 años desde entonces, pero en 1985 Haing S. Ngor, un médico camboyano especializado en ginecología que nunca antes había actuado, se convirtió en el primer actor de descendencia asiática en ganar el Oscar a Mejor Actor de Reparto y también el segundo intérprete amateur en conseguirlo, casi cuatro décadas después de Harold Russell en 1946.

Lo hizo gracias a su papel en la película biopic Los gritos del silencio de 1984, en la que interpretaba a un periodista real, Dith Pran, quien, como él, había sobrevivido al Genocidio camboyano que tuvo lugar entre 1975 y 1979. Aunque Ngor nunca había trabajado como actor, se animó a hacer la película porque quería contribuir a contar la historia de Camboya al mundo. "Quería mostrarle al mundo lo grave que es el hambre en Camboya, cuánta gente muere bajo el régimen comunista. Estoy satisfecho. He hecho algo perfecto", aseguró a People por aquel entonces.

Nacido en Camboya en 1940, Haing S. Ngor ya era médico cuando su próspera vida en la capital, Phnom Penh, dio un vuelco a partir de 1975, cuando los Jemeres Rojos, miembros del Partido Comunista de Kampuchea, derrocaron al gobierno camboyano e instauraron un sistema de gobierno autoritario. Un régimen que, entre otras prácticas, estaba decidido a purgar la población de cualquier persona que consideraban una amenaza política o intelectual a destruir la civilización urbana, sometiendo a la población a trabajos forzados para lograr la ruralización. Entre los tantos camboyanos que fueron trasladados por la fuerza al campo se encontraban Ngor y su esposa, Chang My Huoy, quienes terminaron en un campo de concentración en el que ella murió al dar a luz. Ngor soportó torturas y hambre, y tuvo que ocultar su papel de médico para evitar una muerte segura.

Tras el final del régimen, Ngor y su sobrina huyeron a Tailandia y luego emigraron a los Estados Unidos, donde finalmente se establecieron en Los Ángeles. Allí Ngor aceptó un trabajo asesorando a otros refugiados y fue así como acabó teniendo su primera oportunidad en Hollywood: el director de casting Pat Golden y Ngor coincidieron en una boda en California cuando el primero se encontraba buscaba actores para una película sobre el genocidio camboyano y le ofreció a Ngor el papel de Dith Pran.

A pesar de no tener experiencia, Ngor parecía tener un don para la interpretación y fue objeto de grandes elogios, al igual que la propia película. Los gritos del silencio obtuvo 7 nominaciones al Premio de la Academia, incluidas Mejor Película y Mejor Actor de Reparto para Haing S. Ngor, que lo ganó. Como curiosidad, Ngor y su sobrina acabaron atrapados en un atasco camino a la ceremonia y llegaron justo a tiempo para que el actor escuchara anunciar su nombre como mejor actor de reparto del año.

Subido al escenario frente al público y a millones de televidentes, pronunció un memorable discurso de aceptación con una mezcla de orgullo, humildad y gratitud. Luego le entregó su estatuilla a su sobrina y le dijo: "Esto es para ti. Hice esto por ti". Después de Los gritos del silencio, Ngor continuó interpretando papeles ocasionales en cine y televisión y luchó para crear conciencia sobre el genocidio camboyano hasta principios de 1996.

Sin embargo, el 25 de febrero de 1996, su vida quedó trágicamente truncada a la edad de 55 años cuando fue confrontado por tres adolescentes y asesinado a tiros afuera de su casa de Los Ángeles. Aunque en última instancia se creyó que su muerte fue el resultado de un intento fallido de robo, posteriormente surgieron otros detalles que sugerían la posibilidad de que estuvieran actuando fuerzas oscuras más poderosas relacionadas con su activismo político. De hecho, en los años siguientes se puso en duda la legitimidad de esta sentencia.

Al parecer, los adolescentes ni siquiera le habían robado su Mercedes ni los 3.700 dólares en efectivo que llevaba encima, hechos ciertamente sospechosos para unos presuntos ladrones. Sin embargo, fueron juzgados y condenados. Así, la idea de que el asesinato de Ngor tuviese motivaciones políticas, y tal vez incluso hubiese sido ordenado por ex miembros de los Jemeres Rojos, comenzó a ganar impulso entre los miembros de la comunidad camboyana en Estados Unidos.

Si bien es posible que nunca sepamos la motivación exacta de su asesinato, lo que sí es seguro es que Haing S. Ngor tuvo un impacto significativo a través de su historia y su incansable compromiso de resaltar el genocidio camboyano. "Utilizó su fama para educar a la gente", dijo su sobrina a The Hollywood Reporter. "Y hoy, cada vez que la gente ve su Oscar, me preguntan sobre Camboya y su legado continúa".

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