La paz de sus calles únicamente queda perturbada por aquellos que van a visitar a los que ya fallecieron
Hay muchas formas de hacer turismo: puede que solo viajes por el mero hecho de relajarte, conocer lugares nuevos, disfrutar de la gastronomía de según qué zonas o porque seas un fanático del cine y tengas determinados enclaves marcados en rojo en tu mapa mental de próximos destinos.
Si este último es tu caso y el género western te apasiona, tienes que añadir a esta lista de rincones del mundo Santo Domingo de Silos, un pueblo de Burgos de 261 habitantes cuyo nombre probablemente te suene de las clases de historia, ya que la familia de Rodrigo Díaz de Vivar legó muchos de sus bienes al monasterio homónimo.
Sin embargo, la popularidad y auge turístico que está viviendo, y reviviendo, este municipio de la España vaciada poco tiene que ver con las generosas gestas del conquistador español por excelencia y de su esposa, Jimena Díaz, pero sí mucho con otros héroes y antihéroes y es que este pequeño lugar sirvió de escenario para uno de los westerns más famosos de todos los tiempos: El bueno, el feo y el malo. Sí, querida amiga, el mismísimo Clint Eastwood se trasladó a este punto castellanoleonés para rodar bajo las órdenes del italiano Sergio Leone.
Hasta hace relativamente poco, la mayor afluencia turística de la zona se debía a que se encuentra en pleno Camino de Santiago, en una de las rutas propuestas para llegar hasta la ciudad del apostol, pero desde 2015, las miradas comenzaron a observar de nuevo con atención el pueblo por su pasado fílmico.
¿Qué sucedió entonces? La acometida de varios proyectos de restauración de los escenarios de la cinta de Leone, en especial del cementerio de Sad Hill, un decorado que en los 60 se encargó de construir el ejército español y que con el paso del tiempo la naturaleza ya había adoptado como propio, inundándolo con todo su ser hasta hacerlo casi desaparecer. 5000 tumbas falsas creadas por fans para los fans. Una ruta apta para todos, pero no tan comercial como cabría esperar, como aseguran en el diario británico The Guardian, lo que hace que conserve parte de la magia original, algo que también va de la mano con el enclave en el que se encuentra.
En Santo Domingo de Silos y los pueblos del entorno, se creó la Asociación Cultural Sad Hill, que ha organizado una ruta de senderismo de 34 kilómetros que conecta el cementerio con otros tres lugares de la película: el campo de prisioneros de Betterville, cerca de Carazo, el monasterio de San Pedro de Arlanza, que representó la Misión de San Antonio, y el valle de Arlanza, lugar de la mítica Batalla del Puente Langstone. Un escenario a medida para los amantes del género y de Clint Eastwood, uno de los referentes del mismo en su faceta actoral.