Pausa la cabecera de 'Friends' a los 9 segundos y descubre uno de los secretos mejor guardados de la historia
Randy Meeks
-Redactor de cine y series
Desde que viendo 'Star wars' la primera vez vio al stormtrooper dándose un coscorrón ha estado atento a todas las curiosidades que pasan de fondo, esas en las que nadie se fijaría si no hubiera alguien sacándolas a la luz. Experto en la tontería, vaya.

No, no es el número de aplausos que suenan en la canción

4 de la mañana de un frío día de 1994. Un grupo de seis actores que aún no eran conocidos llevaban todo un día batallando con los ensayos de su nueva serie, y aún les quedaba grabar el opening, que se iba a rodar en una fuente del Rancho Warner Bros. Los seis empezaron a bailar y a divertirse, y acabaron metidos dentro de la fuente, mojados y haciendo el tonto con unos paraguas. Había nacido una de las secuencias de créditos más famosas de la historia: la de Friends.

I'll be there for you

Al día siguiente de recibir el piloto, el mandamás de NBC llamó pidiendo solo una cosa: "Quiero que esa secuencia de inicio se vaya". Según contaba Kevin S. Bright, lo que pretendía era eliminar ese aire joven y moderno, y cambiarlo por clips al estilo de cualquier otra sitcom. Al final consiguieron un término medio: saldrían clips de la serie pero siempre también de la fuente. Y menos mal, porque uno de los secretos más importante de Friends estaba escondido ahí mismo.

Pausa en el segundo 9 del opening de la temporada 1 y fíjate en sus paraguas. Dos rojos (Ross y Rachel, que acabarían liados poco después), dos amarillos (Mónica y Phoebe, amigas desde hace mucho tiempo) y dos azules (Chandler y Joey, compañeros de piso inseparables). Ahora vuelve a mirar el logo de la serie. ¿A que los puntitos de colores que has visto durante tantos años de repente tienen otro sentido? ¡Durante todo este tiempo, representaban a los personajes!

La tristísima muerte de Matthew Perry hace ahora un año hizo que muchos recuerden el lugar feliz que durante años ha sido -y sigue siendo- Friends. Nuestro corazón sigue roto, pero al menos nos ha dejado el legado de la carcajada y anécdotas tan maravillosas como esta. Que en paz descanse.

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