Volveré a la política: de la televisión no se puede vivir
En febrero de 1982, la revista Supertele anunciaba en portada "Chanquete se muere el domingo". Para que luego nos quejemos de los spoilers. Y así fue: en el anteúltimo episodio de Verano Azul, titulado Algo se muere en el alma, el personaje interpretado por Antonio Ferrandis fallecía, justo antes de que acabara el verano. Antonio Mercero no lo sabía, pero acababa de estrenar uno de los momentos más míticos de la historia de la televisión en España y catapultado a la fama a sus actores. Lo que hicieran con ella es otro asunto.
La piraña que crece
En el caso de Miguel Ángel Valero (el mítico "Piraña"), que al terminar la serie decidió empezar un grupo de música llamado Los Pirañas junto con el actor que hacía de Tito, Miguel Joven, y la cantante Chispita -sí, la de los gorilas-. Suyas son la mítica Comer, comer (es lo mejor para poder crecer, según decían), El vaquero rockero o la muy incorrecta actualmente El morito Ben-Ali. Durante aquella época, Valero apareció en todos los sitios: en La bola de cristal (como el Detective Mantequilla), en Buenas noches señor monstruo y hasta en Padre no hay más que dos. No, con Santiago Segura no, con Andrés Pajares y Fernando Esteso.
Después de su última película, El rollo de septiembre, dirigido por Mariano Ozores, decide retirarse del espectáculo para meterse a hacer ingeniería de telecomunicaciones. Vamos, que pasó de Piraña a Teleco. Por si tienes curiosidad de qué ha estado haciendo últimamente, pasó de Verano Azul a escribir la tesis Modelo de provisión de servicios interactivos de telemedicina en el hogar sobre redes de banda ancha. Ahí no hay spoilers ni muere Chanquete.
Este es Miguel Ángel Valero ahora, después de ser presidente de la Oficina de Accesibilidad de la Comunidad de Madrid, un cargo que dejo un año después para dedicarse a enseñar e investigar en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Sistemas de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid. Sobre si le siguen llamando Piraña o ya hace tiempo que el mote pasó a la historia, nadie lo sabe exactamente.