Cualquiera querría trabajar con ellos, pero el acuerdo les convertía, básicamente, en esclavos
Estar en busca de trabajo y que aparezca un contrato que te asegura un sueldo durante los próximos 12 años puede ser un sueño para cualquiera. Sin embargo, si hablamos de la industria del entretenimiento puede ser una cárcel y convertirse en el mayor arrepentimiento de tu carrera. Explicamos.
En la temporada 1999-2000 de Saturday Night Live -posiblemente el late show más famoso de la televisión internacional de donde han salido estrellas como Bill Hader, Tina Fey, Kate McKinnon o Pete Davidson-, NBC obligó a las nuevas incorporaciones a firmar un acuerdo que les ataba a la cadena durante los siguientes 12 años. El truco es que el contrato no era solo para SNL, sino que podían terminar en cualquier programa o proyecto de NBC durante esa década de trabajo. Una manera muy sutil de encadenar talento y robárselo a la competencia.
Es similar, salvando las distancias, a lo que les ha ocurrido a los actores que ficharon por Marvel. Imagina ser Chris Evans recién empezando la carrera de tus sueños y en busca de la gran oportunidad. Si un gran estudio te asegura que contará contigo para sus siguientes películas es muy probable que aceptes sin pensar, aunque eso pueda conllevar una exclusividad demasiado larga y algún que otro fiasco por el camino. A los de Marvel les salió bien, pero los nuevos miembros de SNL podían terminar en producciones bochornosas.
Di que no a 10 millones, te damos 75.000 dólares
Hasta ese momento, los contratos tenían una duración de 5 o 6 años, según informa Observer. Después del cambio, los trabajadores podían desaparecer del programa después de su segundo año y aparecer en cualquier comedia de medio pelo. El problema surgía principalmente si uno de esos talentos despuntaba en la industria y empezaba a recibir grandes propuestas por parte de otras producciones. Básicamente, NBC se convertía en la dueña de tu carrera.
Puedes decirles: 'Lo siento, no puedes hacer la película de los hermanos Farrelly de 10 millones de dólares. Tienes que hacer la película de pedos de SNL por 75.000 dólares", comentaba una fuente consultada por dicho medio.
Según el contrato, SNL Films, compañía de producción formada por Paramount Pictures, NBC y el productor ejecutivo de SNL Lorne Michaels, tenía una opción de tres películas por las que pagaba a la estrella una cantidad fija de 75.000 dólares por la primera película, 150.000 dólares por la segunda y 300.000 dólares por la tercera. Esas tarifas solían negociarse a tarifas más altas.
Como decimos, uno de los objetivos de este tipo de contrato es evitar que el talento se vaya a la competencia. La cadena podía pagar tarifas similares a sus contratados para que dijeran que no a una película de otro estudio. "Pensé que había llegado al acuerdo equivocado", comentaba el representante de un cliente a Observer, "Pensé: ¿Qué es esto? Para mí, se trata de que NBC no tiene derecho a ser tu dueña". Otro representante añadía: "Es como si SNL te pusiera una pistola en la cabeza y te dijera que estás haciendo una audición. ¡Firma esto!". Es más, los agentes recomendaban a sus clientes que no firmaran ese acuerdo, por mucho SNL que estuviera por medio.
El productor Loren Michaels le quitó peso al asunto. Aseguró que todos los cómicos que habían querido irse del programa lo habían hecho aunque aún no hubiese terminado su contrato. "Cuando Mike Myers quiso tomarse media temporada libre porque estaba pasando por un problema personal, lo hizo. Cuando John Belushi y Dan Aykroyd quisieron irse con un año restante en sus contratos, lo hicieron", confirmó.
La relación contractual entre trabajadores y empresas nunca ha dejado de evolucionar. En marzo de 2023 el equipo de posproducción ratificó por unanimidad su primer contrato sindical, un acuerdo que les otorgó aumentos salariales inmediatos, además de beneficios extra como atención médica, partidas para comida, noches de hotel y automóviles.