Críticas
3,5
Buena
Braveheart

Un héroe escocés

por Rodolfo Sánchez

Tras debutar en 1993 con la interesante y no siempre atendida El hombre sin rostros, Mel Gibson dio un giro total al dirigir Braveheart: película de indudable aliento épico de casi tres horas, algo no demasiado habitual en la década de los noventa, desarrollada en el siglo XIV durante la lucha entre los escoceses y los ingleses debido al deseo de independencia de los primeros debido a los abusos de los segundos.

Gibson parte de un modelo de cine de aventuras clásico mostrando una gran capacidad para crear una puesta en escena ajustada, limpia, bien filmada tanto a nivel íntimo como en las secuencias de batallas, combinando a la perfección ambos aspectos y logrando que la película no decaiga en momento alguno, convirtiendo a Braveheart en una película entretenida e intensa para todos los públicos. Esto conlleva que los mayores fallos de la película provengan de un guion que busca ser incisivo y se muestra en realidad un tanto de trazo gordo y evidente en su mensaje, en exceso efectista en su final, aunque resolutivo y efectivo. Gibson supo el entregar al público una película espectacular al modo del cine de toda la vida.

A favor: Sophie Marceau, que entre tanto escoceses sucios y tanto inglés asesino, da un toque de belleza magnífico a la película.

En contra: Que Gibson abusa del efectismo al final para empatar.