Críticas
3,5
Buena
Exotica

Bailar las pérdidas

por Nestor Hidalgo

Sumergirse en una película del canadiense Atom Egoyan siempre es afrontar unos primeros compases de absoluta desorientación hacia lo que estamos viendo. Los personajes, habitualmente con profesiones de lo más curiosas, desfilan por la pantalla y se interrelacionan entre sí, pero habitualmente es mucho más importante lo que queda fuera de los planos y secuencias que lo que se muestra. Después, a medida que avanza la película, las arrugas empiezan a desplegarse y el mantel de lo que teníamos delante queda del todo extendido. Así sucede con la historia de 'Exotica', aparentemente un thriller voyeurista sobre un local de baile exótico femenino y, en realidad, un sombrío relato de pérdida y dolor.

Bruce Greenwood interpreta a un hombre que suele acudir cada noche a un club llamado Exotica, donde la magnética Mia Kirshner es la bailarina más deseable, vestida de colegiala y empapada en cada movimiento por el 'Everybody Nows' de Leonard Cohen. Sólo después sabremos el porqué detrás del comportamiento obsesivo del protagonista, por qué paga a una joven Sarah Polley para que cuide de su casa mientras él está fuera. Pero, yuxtaposición de obsesiones y observadores, la historia detrás del locutor Elias Koteas y cierto paseo por el campo un tiempo atrás termina de fijarse como una de las secuencias más extrañamente íntimas y memorables de la filmografía del cineasta canadiense.

A favor: Como suele ocurrir en las películas de Egoyan, la música de Mychael Danna también juega un papel atmosférico fundamental.

En contra: Una vez que se conocen los recursos narrativos del autor, es posible ver ciertas costuras efectistas en cómo va revelando la información.