Críticas
4,0
Muy buena
Porco Rosso

El cerdo tranquilo

por Nestor Hidalgo

El sexto largometraje de Hayao Miyazaki es también una de sus obras más divertidas y pegadas a la realidad, aunque siempre esté ese pequeño detalle de que el protagonista, conocido como Porco Rosso, sea un cerdo antropomorfo con gafas de sol y fumador. Pero también es el mejor piloto de hidroavión que se puede encontrar en el mar Adriático en la época de entreguerras europea. La mayor parte del argumento gira en torno a la relación que establece Porco con Fio, la nieta pelirroja de su mecánico de confianza, a quien contrata para que le construya un avión nuevo. Pero, como siempre ocurre en las luminosas películas de Miyazaki, lo más interesante siempre son los momentos de calma, la recreación de ambientes y las relaciones tan palpables que se forjan entre los personajes.

Durante algunos momentos, 'Porco Rosso' crea curiosas resonancias con 'El hombre tranquilo' (John Ford, 1952), hasta el punto del que el aspecto de Fio durante la batalla aérea final (que, significativamente, termina bajando al suelo y librándose a puñetazo limpio) es igual al de Maureen O'Hara en el clásico fordiano. Ese curioso puente entre Miyazaki y Ford nunca ha estado más presente que en esta película de aventuras aéreas, en la que los piratas y el cazarrecompensas, ambos espíritus libres de otro tiempo amenazados por las fuerzas fascistas de Mussolinni, terminan resolviendo sus diferencias a base de bravuconadas, capirotazos y buen carácter.

A favor: Una vez más, la partitura de Joe Hisaishi es inseparable de las imágenes de Miyazaki.

En contra: Por algún motivo, es menos conocida y celebrada que otras películas del director.