Veinte años después...
por Rodolfo SánchezLa carrera de Peter Bogdanovich ha sido tan errática, tan ecléctica y tan irregular que ha ocasionado que nunca se haya podido considerar la misma de una manera apropiada.
Es decir, sus mejores títulos siempre han quedado lastrados por obras menores sin mucho interés, llamando tan solo la atención de unos pocos que han visto, con bastante criterio, que se trata de un cineasta con gran interés. Texasville, dirigida en 1990, recupera veinte años después a los personajes de su espléndida, y posiblemente mejor obra, La última película, de 1971, a partir de la magnífica novela de Larry McMurtry, situándolos en la madurez y en un momento (la celebración de los cien años de existencia del pueblo) muy particular. El peso del pasado, lo sucedido desde que acababa la anterior obra y el paso del tiempo, hacen de Texasville una obra sombría aunque llena de vida, nostálgica y melancólica pero sin excederse, apoyada en unos buenos actores y en un guion bien elaborado. El trabajo visual de Bogdanovich, elegante y recapacitado hace de Texasville una obra muy por encima de calidad de la repercusión que ha tenido, aunque quizá haya que ver antes La última película para entender todo lo que en ella sucede y poder disfrutarla más. Pero merece la pena por sí misma.
A favor: Los actores, el guion.
En contra: Que se tiene que haber visto la anterior película para comprender muchas cosas.