Sobre enfrentarse a la enfermedad
por Rodolfo SánchezTras su colaboración en la sobrevalorada en su momento Hijos de un Dios menor, el actor William Hurt y la directora Randa Haines colaboraron de nuevo cinco años después, en 1986 en El doctor.
En ella, el planteamiento es parecido a aquella, aunque el resultado bastante más conseguido, en cuanto a acercamiento a la enfermedad intentando –que no consiguiendo del todo- no caer en el melodrama fácil. El doctor soslaya en gran medida la sensiblería más recurrente, aunque Haines trabaja a la perfección todos los elementos del género para conseguir una historia sentida y, en ocasiones, incluso profunda, pero que deja al final un sabor de boca ambiguo. Como si el miedo a ser demasiado emotiva constriñera la libertad narrativa de Haines, quedando de esta manera una obra que rehúye todo atisbo moralizante, aunque en ocasiones se acerque a él o lo haga de manera indirecta, y que busca más el humanismo, el acercamiento a una realidad, la enfermedad, directa y sin ornamento. Por fortuna, muchos de sus defectos quedan escondidos bajo un impecable Hurt que por entonces comenzaba su decadencia como actor, una de las más tristes de los últimos años.
A favor: Hurt.
En contra: Su ambigüedad en todos los sentidos.