Cine de sentimientos
por Rodolfo SánchezTras la espléndida Sol de otoño, el cineasta argentino Eduardo Mignogna levantó muchas expectativas que en su siguiente película, El faro del sur, tan solo cumplió a medias.
Protagonizada por Ingrid Rubio, por entonces la actriz española con más proyección de futuro, y apoyada por los siempre excelentes Ricardo Darín y Norma Aleandro, la película nos plantea el itinerario de dos hermanas, huérfanas, en busca de un lugar en el mundo en el que poder asentarse. Llegas a un faro, verán que ese puede ser su sitio. A partir de una narración mínima, y quizá demasiado larga en su duración, Mignogna traza esta película basándose en sensaciones y emociones antes que en acciones en busca de una obra que hable sobre los sentimientos a la par que trabaje a partir de ellos como elementos narrativos. La idea es buena salvo que no daba para un metraje tan largo que ocasiona que, según avanza la historia, esta pierda interés paulatino al no sostenerse más que en unos personajes bien trazados e interesantes pero no lo suficiente como para casi dos horas de película. Pero Mignogna es capaz de crear unas imágenes elegantes y sencillas, sin ornamento alguno en el movimiento de la cámara, quizá con ciertos toques convencionales pero muy efectivos que ayudan al desarrollo de la película. No está a la altura de su anterior obra pero merece la pena.
A favor: Los actores.
En contra: Que es muy larga para lo que plantea.