Críticas
3,0
Entretenida
El silencio de la sospecha

De policía casado a detective divorciado

por Bibi Ramos

El británico Simon Moore, más conocido hasta entonces por sus labores como guionista -de la miniserie Traffik, por ejemplo, punto de partida de la conocida película de Soderbergh-, debutó en la dirección en 1991 con un solvente guión propio. El silencio de la sospecha es un "neonoir" que pasó bastante desapercibido en el momento de su estreno y en el que se recibe con estilo la herencia del cine negro clásico para ofrecer un thriller contemporáneo donde la infidelidad y la irracionalidad del deseo actúan como motores de un relato con varios giros y sorpresas.

Moore trabaja con notables resultados el ritmo narrativo y la tensión dramática, así como la dosificación de la información que conocemos como espectadores en relación a lo que sabe el propio protagonista, un Liam Neeson que encarna a un detective privado que se ve envuelto en un turbio caso que de pronto se vuelve en su contra, hasta el punto de que es procesado. La película cuenta con una estupenda ambientación y transcurre en la ciudad de Bristol en los años cincuenta. Entonces todavía funcionaba la horca en Gran Bretaña.

A favor: Su manejo del tiempo narrativo y la caracterización de Neeson.

En contra: Un cuestionable desenlace.