Entre sicarios
por Eulàlia IglesiasRosario Tijeras es un buen ejemplo de mala adaptación literaria. No por un tema de mayor o menor fidelidad a la novela de Jorge Franco que lleva a la pantalla. Sino por querer trasladar al cine recursos literarios sin saber ajustarlos a las necesidades del medio.
Esta película colombiana sufre de un grave problema de inteligibilidad. Apuesta por una estructura no lineal (arranca casi por el final para ir reconstruyendo los acontecimientos a través de flashbacks, y de flashbacks dentro de los flashbacks) que en el libro debía aportar fuerza a la historia, pero que aquí no genera otra cosa que confusión. Además, los personajes no quedan suficientemente dibujados, por lo que no acaban de quedar claros los motivos que los llevan a tomar decisiones o acciones muy radicales. A pesar de ello, la protagonista Flora Martínez transmite el magnetismo necesario para funcionar como una femme fatale de origen humilde convertida en víctima y a la vez verdugo en el mundo de los sicarios colombianos, y centro de un triángulo amoroso cuyos dos otros vértices son dos amigos de clase alta.
A favor: la noche de marcha con el hermano muerto.
En contra: Unax Ugalde no acaba de encajar en el papel de enamorado fiel de la protagonista.