Flujo histérico
por Cristina Álvarez López'Slipstream' es la tercera película dirigida por Anthony Hopkins. Desde luego no es el filme que uno esperaría del actor galés, que también se encarga del guión y de la música, además de reservarse el papel de Félix, un guionista que ve como los personajes de su última obra invaden la realidad y todo empieza a confundirse. Puede que la trama no parezca muy original, pero el modo en que esta está tratada es, como mínimo, desconcertante.
'Slipstream' está compuesta por un flujo de imágenes que vienen y se van, flashes que se aceleran, se detienen, vuelven hacia atrás. Los planos se sobreexponen y cambian de color, los diálogos se repiten. Anthony Hopkins parece haber volcado todos sus demonios en este filme que es algo así como su ‘Inland Empire' rodado con el estilo de Oliver Stone y ambientado en el desierto de Las Vegas. Lleno de bromas macabras y de histeria desbocada, el filme es un oscuro retrato del mundo del cine y del proceso creativo con una trama en la que se cruzan constantes referencias a películas. El espectador se retuerce intentando comprender el sentido de lo que ve, pero el ritmo del filme es demasiado frenético y demencial para agarrarse a algo.
A favor: Kevin McCarthey, el protagonista de ‘La invasión de los ladrones de cuerpos', interpretándose a sí mismo.
En contra: Como experiencia estética es bastante desapacible.