Críticas
4,0
Muy buena
El ilusionista

Jacques Tati 2.0

por Gonzalo de Pedro

Hubo un momento en que Hollywood soñó con despedir a todas las estrellas y resucitar,técnicas digitales mediante, a los viejos actores del cine clásico. No era solo un casode neoliberalismo extremo, no era solo un caso de un patrón que sueña con empleadoscarentes de voluntad (y carentes también de sindicatos), no era solo un caso de necrofiliaaguda, sino la muestra de que incluso ese gran embalsamador que es el cine no puedeluchar contra la última frontera. "El cine es el único arte capaz de mostrar el paso de lavida a la muerte", dejó escrito André Bazin. Y quizás así es, pero nada puede hacer unavez que la muerte ha ganado la partida.

Algo de ese intento, entre necrófilo y admirativo, hay en el nacimiento de 'El ilusionista', lanueva película del animador Sylvain Chomet, que deslumbró con su brillante opera prima'Les triplettes de Bellville' (2003): basado en un guión inédito e inacabado de JacquesTati, la película tiene como protagonista a una recreación animada del mismísimoTati, que hubiera protagonizado esta película (en su versión en imagen real) si no lahubiera descartado por demasiado melancólica. Chomet, que descubrió el guión, bajo elenigmático título de "Película nº 4" por azar, ha optado por rendir tributo a Tati intentandotrasladar a las dos dimensiones, y con el tono nostálgico que tiene la animación clásicaen un mundo dominado por el 3D, el universo del cineasta francés. Tarea que se revelapronto en la película como imposible, porque parte fundamental del trabajo de Tati pasabapor su relación cinematográfica con el espacio, donde desarrollaba su slapstick delabsurdo y su crítica a un mundo abocado a un progreso sin fin. Es ahí, en la relación conlos temas, y no tanto con las formas del Tati original, donde la película entronca casi a laperfección con el espíritu de Tati. La historia de ese mago que emprende una huida de lacivilización empujado por un progreso que le arrincona, a través de una animación clásica,parece un acto de resistencia. Sin embargo, la película parece dejarse llevar en excesopor un tono nostálgico (y ya se sabe que la nostalgia es siempre reaccionaria, mientrasque la memoria no).

Pero más allá de la alargada sombra de Tati, a la que la película se arrima en exceso,Chomet ha entregado una soberbia y amarga comedia que establece extrañosparalelismos con otro estreno de esta misma semana en España: 'Somewhere' (2010),de Sofia Coppola. En ambas dos se cuenta la relación de un amor no sexual entreun hombre y una jovencita, y ambas buscan en el vacío de los arrabales un reflejo a sudesorientación vital. Bonita y extraña sesión doble para un fin de semana con las primerashojas del otoño por el suelo.

A favor: La sencillez de la historia y la defensa de la animación tradicional

En contra: Que busque situarse tanto bajo el influjo de Jacques Tati