Los Coen se deshiniben
por Israel ParedesA parte del éxito en todos los sentidos, la excelente 'No es país para viejos' dejó claro que se trataba de un punto de inflexión en la obra de Joel y Ethan Coen: suponía de alguna manera un colofón a todo lo realizado con anterioridad pero, evidentemente, parecía complicar su carrera dado el alto nivel alcanzado. Su siguiente película se presentaba como una prueba al respecto y los hermanos Coen entregaron como respuesta 'Quemar después de leer', una obra diametralmente alejada de 'No es país para viejos' pero totalmente coherente con el mundo y el imaginario de los Coen.
Con 'Quemar después de leer' plantean una historia sobre espías construida mediante varias líneas narrativas y varios personajes relacionados entre sí para crear una película que sigue el esperpento de sus primeras obras, con un toque irreal y estrambótico y enormemente gamberro para hablar sobre algunos elementos de la realidad. Los Coen se toman el material tan en serio como con frivolidad para entregar una película divertida pero irregular debido, y esto resulta extraño, a un guion desequilibrado, como escrito con prisa. Pero, por el contrario, la puesta en escena se alza como magnífica y pulcra. No es la mejor película de los hermanos Coen, pero resulta un divertimento excelente que demuestra que ciertos creadores, aun estando por debajo de su capacidad, están muy por encima de la media. Una película para ver (leer) y después olvidar (quemar)... o no.
A favor: El reparto, la puesta en escena y la desinhibición de la narración.
En contra: Que el guion es un puzzle en el que no todas las piezas encajan al final.