Críticas
3,0
Entretenida
Brüno

Cómo hacerse "überfamoso"

por Covadonga G. Lahera

Si ya en Borat Sacha Baron Cohen procuraba no dejar títere con cabeza siguiendo las órdenes de Larry Charles e interpretando a un reportero en pleno Kazajistán, las trayectorias de ambos "cómicos" vuelven a cruzarse en ‘Brüno' para reincidir y tratar de llevar más allá su despiadada mala baba. La trama en esta ocasión vuelve a especializarse y acotarse optando por el campo de la moda y la política de las apariencias. Haciendo de nuevo uso de mecanismos propios del documental –pero evidenciando su naturaleza "fake" o pseudo–, Cohen se mete en la piel de un periodista "de pasarela" que ejerce además como gay provocador con superpluma cuya meta más alta es la de ser el hombre más importante de Austria, por encima de Adolf Hitler.

Con un humor corrosivo, incómodo, extremo e hiperpolíticamente incorrecto, Brüno se erige en activador de hilarantes y sonrojantes risas en la audiencia, cuyos pilares éticos pueden verse simultáneamente dinamitados o removidos, al menos durante el tiempo que tarde en sucederse el siguiente gag. Aunque el filme muestra una habilidad especial para el ágil desarrollo de diálogos y propiciamente de situaciones absurdas y excéntricas, el conjunto se resiente de cierta irregularidad al funcionar como una sucesión de microepisodios más o menos agudos, bloques estancos en una estructura que no acaba de funcionar como unidad, dentro de un gradual más difícil todavía destinado a auspiciar la fama/gloria de Brüno..

A favor: Su capacidad para generar situaciones políticamente incorrectas y originar perturbaciones éticas en nuestras cabezas.

En contra: Que al final quede reducida a una sucesión de gags provocadores y corrosivos donde incluso se opte por convocar en el desenlace "cantarín" a algunas "estrellas" objeto de burla.