La fórmula que no cesa
por Beatriz MartínezEn su segunda película como director, 'Bienvenidos al norte', Danny Boon traslada a Philippe Abrams (Kad Merad), un director de oficinas de correos con problemas maritales, a Bergues, un pequeño pueblo francés al norte del país colindante con la frontera belga. El traslado supone para Philippe poco menos que una condena al infierno, que es la forma en la que al parecer ven en el sur de Francia el norte fronterizo. Boon se burla de esa altivez a través de esta comedia que presenta un comienzo radiante e hilarante pero que desgraciadamente va disminuyendo según avanza el metraje. Lo políticamente incorrecto de su planteamiento deriva hacia la corrección más blanda y acaba tirando por la borda la posibilidad de haber construido una obra mucho más divertida e, incluso, hiriente. Boon se alza como continuador de los modelos de la comedia popular francesa más clásica basada en un trabajo actoral gesticulante y, en este caso, en la confusión idiomática como vehículo cómico. Por último, cabe aplaudir una vez más la capacidad de la cinematografía gala para realizar productos como Bienvenidos al norte, un cine popular de consumo interno pero perfectamente exportable, como demuestran sus números de taquilla en diferentes países y su remake italiano, y que el propio Boon supo continuar con 'Nada que declarar', otra comedia de confrontaciones fronterizas.
Lo mejor: El elenco de actores.
Lo peor: Que su segunda parte decaiga.