Sombra de perro o de lobo
por Covadonga G. LaheraA los 46 años, Philippe Claudel debutó en la dirección de este equilibrado drama familiar que narra el reencuentro entre dos hermanas tras el regreso de una de ellas de la cárcel donde ha permanecido recluida durante quince años por el asesinato de su hijo. Planteamiento semejante habría dado para caer en la sensiblería más vulgar y en una tragedia de proporciones dantescas. Claudel, que firma también el guión del filme, va sin embargo tejiendo la trama con sutileza y sin prisas y aplica una admirable delicadeza en el desarrollo de las relaciones entre los personajes, no solo entre las dos hermanas, sino entre la recién llegada y sus sobrinas, o entre aquella y su cuñado receloso.
En sus mejores momentos, uno puede recordar a otros grandes en el abordaje de las relaciones afectivas en el seno familiar, como Olivier Assayas o Nobuhiro Suwa o el complejo regreso a la civilización de otro "outsider", el Travis de Paris, Texas. Claudel, con larga trayectoria como escritor y guionista (además de profesor de Literatura), sabe sumar otras conexiones artísticas que logran imbricarse en el conjunto haciéndolo crecer, como la visita al museo donde Juliette se detiene ante el cuadro El dolor de Emile Friant, las bromas en torno al cine de Rohmer, el estallido a raíz de Dostoievski o el relato infantil que lee una de las niñas cuando su madre recibe una lectura de análisis médicos del pasado.
A favor: Su delicada crónica de la recuperación de la relación entre las dos hermanas, la dosificación de información en cuanto a la explicación del pasado y su equilibrado tratamiento del proceso de integración. Las interpretaciones de Kristin Scott Thomas y Elsa Zylberstein.
En contra: Cierto empeño en emparejar a la ex convicta. Alguna reincidencia visual y/o musical de más.