Dioses griegos en la gran ciudad
por Virginia MontesAntes de embarcarse en la realización de las dos primeras aventuras del niño mago Harry Potter, Chris Columbus ya había generado éxitos infantiles y juveniles. Desde el encanto de su debut con Aventuras en la gran ciudad (1987), hasta la conversión en estrella del insoportable Macaulay Culkin en Solo en casa (1990), el director ha sabido en cada década adaptarse a las circunstancias y plasmar en la pantalla las expectativas de cada nueva generación de público joven.
Sin embargo, parecía que la sombra de Harry Potter iba a resultar demasiado alargada, sobre todo porque las dos películas que le siguieron, Rent (2005) y La noche de su vida (2009) apenas consiguieron obtener repercusión. Tuvo que venir otra saga fantástico-infantil, la escrita por Rick Riordan, "Percy Jackson y los dioses del Olimpo", centrada en un muchacho que accede a una realidad mitológica cuando descubre que es hijo de un dios, y que todos los elementos de la Antigüedad griega no desaparecieron, sino que continúan estando vivos en la actualidad. Con esos ingredientes (el teen y el mágico más desmelenado), el director construye una ágil y divertida película de entretenimiento, con muchas estrellas de Hollywood metidas en la piel de personajes insólitos, que tiene ese regusto demodé de las películas de los ochenta, cuando el cine para niños resultaba menos denso y más chispeante y desprejuiciado.
Lo mejor: Que resulta una propuesta fresca y muy entretenida.
Lo peor: Su resolución no está a la altura del resto.