Críticas
4,5
Imprescindible
La duda

Los cuatro lados de la cruz

por Diana Albizu

La carrera fílmica como director del autor teatral y guionista John Patrick Shanley es tan singular como reivindicable. 18 años después de dirigir una comedia existencialista tan extraña como 'Joe contra el volcán' (1990), en 'La duda' decidió adaptar su propia obra de teatro (ganadora de los premios Pulitzer y Tony), una parábola sobre la corrupción de las instituciones jerárquicas que demandan obediencia irreflexiva y los oscuros obstáculos humanos que minan las doctrinas espirituales. El escenario escogido es una parroquia y colegio del Bronx neoyorquino durante los años 60, donde la estricta hermana Aloysius (Meryl Streep) inicia una cruzada personal contra el sacerdote Flynn (Philip Seymour Hoffman) basada en las débiles sospechas de la hermana James (Amy Adams) acerca de que él podría estar abusando de un joven alumno.

Por supuesto, estamos en una obra rebosante de ambigüedad y basada en la lucha de poder que se establece mediante un diálogo. Los tres protagonistas están soberbios (categoría en la que se les une Viola Davis con una interpretación hipernaturalista de uno de esos papeles que, teniendo una única escena en la película, no logran olvidarse) haciendo de los opresivos encuadres de la puesta en escena teatral de Shanley su ring de boxeo dialéctico. Los golpes que no asestan con las palabras vienen de sus ojos, o incluso del ligero ladear del cuello o el brote de una pequeña gota de sudor. Los cuatro fueron nominados al Oscar en su año; que no se llevaran ninguna estatuilla a casa es doloroso, pero recalca que 'La duda' no es una película que necesite de la acumulación de premios para ser recordada como una de las mejores de su década.

A favor: Cuatro intérpretes en natural estado de gracia.

En contra: Que la rígida puesta en escena pueda desanimar a un público más numeroso.