Críticas
3,5
Buena
Phillip Morris ¡Te quiero!

Mentiroso compulsivo

por Gonzalo de Pedro

La verdadera historia de un mentiroso auténtico. O lo que es lo mismo: un montón de mentiras que son todas verdad. Probablemente, nadie mejor que el cine, el arte de la mentira, antes que de la imitación, para reconstruir la historia de un hombre que construyó su auténtica identidad a base de mentir sobre sí mismo. Disfrazada de comedia con Jim Carrey en un inédito papel de homosexual, la película va mutando de género, patinando entre el costumbrismo, la sátira o la comedia gamberra, en un difícil equilibrio que desemboca en el auténtico propósito del filme: una última parte dramática que desvela la lectura del amor como una cadena de mentiras, y la identidad como una suma de máscaras sin nada que esconder. El conflicto de la homosexualidad mal asumida, que da pie a la película, es solo uno de más de los dolores que la película explora. Porque, aunque parecería, como 'El show de Truman', una película sobre la pérdida de la inocencia, es en realidad el retrato de una certeza: que un retrato es siempre una mentira.

Lo mejor: la carga de profundidad que esconde la aparente comedia tradicional

Lo peor: Quizá, cierto desbarre genérico.