Críticas
2,5
Regular
Nunca es tarde para enamorarse

Problemas vitales

por Miguel Blanco

El cine americano en los últimos años basa su promoción en la acumulación de estrellas. Cuantas más mejor, sin que importa su adecuación. Tenemos el caso de Brad Pitt y Julia Roberts en 'The Mexican' o de Angelina Jolie y Johnny Depp en 'The Tourist'. En un perfil más bajo, una pareja muy desafortunada es la que integran Dustin Hoffman y Emma Thompson en 'Nunca es tarde para enamorarse', dos actores fantásticos, pero con poca química entre ellos.

La película se reduce a una idea muy manida: un hombre con una vida monótona y sin alicientes, al borde de la depresión, se encuentra por casualidad con la que puede ser la mujer de su vida. Ahí empiezan las inseguridades, la dificultad para expresar el amor en alguien que nunca ha querido abrirse a los demás. Todo bastante visto, aunque no en los últimos tiempos donde el cine americano se basa más en la acción que en el drama y en el desarrollo psicológico. A esto se le une otra extravagancia en nuestros días: unos protagonistas adultos y maduros, cuando la mayoría de producciones americanas están dedicadas a adolescentes.

Por eso, estamos ante una película demasiado rígida en su guión y realizada de manera excesivamente impersonal, pero que en el contexto actual puede contener alicientes para los que buscan una alternativa al blockbuster habitual de Hollywood.

A favor: Un drama adulto para gente adulta.

En contra: Todo es demasiado previsible y la pareja protagonista no pega ni con cola.