La seducción del 'slasher'
por Nestor HidalgoCon tantos años e inercias a sus espaldas, cualquier nueva aproximación al subgénero slasher dentro del terror se enfrenta al doble desafío de tener que completar cierto número de requisitos y lugares comunes genéricos mientras, al mismo tiempo, intenta aportar una visión nueva y distintiva. Si es que ese es su objetivo, claro, porque también están las cintas que se ciñen de la forma más fiel a la fórmula amortizada y tiran hacia delante. No es el caso de 'Seducción mortal', primer largometraje de Jonathan Levine, que sí busca cierta vuelta de tuerca al modelo de grupos de adolescentes de vacaciones en una casa de campo aislada en la que empiezan a ser asesinados uno a uno.
Le estrategia de Levine consiste en potenciar el poder de apelación estético de las imágenes de su película, todas cuidadas hasta alcanzar los mismos extremos de arrebatadora belleza que sufren quienes observan el comportamiento de Mandy Lane. Ella es el virginal cuerpo de deseo para sus compañeros de instituto y, del mismo modo, la principal candidata a scream queen entre algodones. 'Seducción mortal' tiene el acierto de seguir al milímetro las reglas del género (asesinatos moralistas contra quienes practican sexo o consumen drogas) para, en el último momento, darles una vuelta irracional y anárquica. Lástima que, en un tipo de cine tan dado a los excesos y los golpes de efecto, el giro carezca de fuerza real como sorpresa.
A favor: Amber Heard es perfecta para subvertir su arquetipo.
En contra: Por mucho que intente ir de rompedora, no deja de ser una muestra más del género.