Críticas
3,0
Entretenida
La secta

Mi chica (del diablo)

por Nestor Hidalgo

Entre todas las disparatadas colaboraciones que hicieron Dario Argento y Michele Soavi, 'La secta' (escrita por el primero y dirigida por el segundo) merece ser destacada aunque sea sólo por su representación del Diablo con forma de ave similar a un pelícano. No es el único detalle extravagantemente gozoso de una película de posesiones y sectas demoniacas que parece dar la respuesta desfasada y dipsómana a ejercicios de contención estocia como 'La semilla del diablo'. Todo lo que en films como el clásico de Polanski se insinúa con ambigüedad, Soavi lo ilustra por los cuatro costados.

Kelly Curtis es una joven y alegre maestra que un día está a punto de atropellar a un hombre (Herbert Lom) que aparece en medio de la carretera y decide llevarlo a su casa para que se recupere del susto. A partir de ahí, la vida de la pobre Miriam entrará sin freno en una terrible espiral demoniaca en la que el Mal irá, poco a poco, tomando las riendas de su realidad. Es evidente que el guión de Argento, Soavi y Gianni Romoli no está tan pendiente de una ordenación racional de los acontecimientos como de propiciar situaciones escabrosas y giros estrambóticos ideales para que la bamboleante y frenética cámara se pasee por escenarios propicios para el escalofrío pero de ubicación tan inverosímil como el inmenso pozo que se oculta bajo la casa de la protagonista. Una pasión desbocada por los tropos del género, sin más justificación ni ataduras.

A favor: El conejo mascota de Kelly Curtis.

En contra: Que el desinhibido desenfreno inventivo de Soavi haya obtenido tan poco reconocimiento crítico.