Críticas
2,5
Regular
Una familia con clase

Los dos lados del Atlántico

por Mario Santiago

Tanto el teatro como el cine han sabido sacar partido de la chispeante tensión que surge al oponer el pragmatismo yanqui y la flema británica. Y sino que se lo pregunten a Hugh Grant, el portavoz moderno del cine de "americanas entre británicos", como certifican ‘Cuatro bodas y un funeral' o ‘Notting Hill'. Otro que advirtió el filón que escondían estas diferencias culturales fue Alfred Hitchcock, que en 1928 adaptó al cine la obra teatral ‘Easy Living', escrita por Noel Coward. ‘Una familia con clase' parte del mismo texto teatral para dar forma a una entretenida comedia de costumbres que deambula entre la fina ironía y una crueldad satírica. La película adolece quizás de un exceso de corrección, atrapada entre el academicismo fílmico y el miedo a resultar demasiado teatral, pero el conjunto funciona: la solemnidad de la caza del zorro es contestada por el ‘Let's Misbehave' de Cole Porter. Hay más de una risa garantizada... y también alguna involuntaria: como las que provoca el delirante espectáculo de ver a Colin Firth marcándose un tango. Se ve que el pobre no tuvo suficiente con los ridículos bailoteos de ‘Mamma Mia!'

A favor: El notable material de base (el texto de Noel Coward) sobre el que se construye el filme.

En contra: Los extraños e inocuos anacronismos que decoran la película: de la canción ‘Sex Bomb' a la aparición de ‘El amante de Lady Chatterley', que no se publicó en el Reino Unido hasta 1960, mientras que el filme transcurre en el periodo de entreguerras.