Más kilómetros por hora
por Virginia MontesA pesar de ser considerado el miembro más desfavorecido de la familia, Cars demostró que la Pixar podía moverse en muchos más frentes de los explorados hasta el momento, y que era capaz de realizar una buena película a pesar de que su enfoque fuera más comercial y menos artístico.
Buena prueba de la buena salud que insuflaba el proyecto es esta segunda parte, en la que los responsables demuestran su capacidad para reinventarse y seguir ofreciendo un continuo disfrute repleto de aventuras y de golpes de ingenio y comicidad a través de un guion torrencial y de un ritmo apoteósico.
Cars 2 es puro frenesí, puro desenfreno narrativo, tiene una demoledora capacidad para reinventarse minuto a minuto y una limpieza de líneas visual muy agradecible.
Su jugueteo con los esquemas bondianos, con el cine de espías, el talento visual de Lasseter tras la cámara y la variedad de escenarios en los que transcurre la desmelenada acción (atención al fragmento japonés), redondean una propuesta que sin duda merecía un interés menos reacio por parte de la crítica y el público.
A favor: Su ritmo salvaje.
En contra: Que no sea apreciada en su justa medida.




