Evocar el noir más clásico
por Rodolfo SánchezEl director Carl Franklin, hoy dedicado casi en exclusividad a la televisión, tan solo ha conseguido hasta la fecha rodar una obra medianamente decente. Y esta es El demonio vestido de azul, adaptación de la buena novela de Walter Mosley con la que intentó seguir la moda de mediados de los noventa de recuperar el aliento noir ya fuera mediante su actualización o apostando por el más claro corte retro.
La obra de Franklin pertenece a esta segunda opción, logrando unas buenas atmósferas y un ritmo de intriga bastante conseguido, utilizando la música de Elmer Bernstein -lo cual siempre es una gran ayuda para ampliar la calidad de las imágenes y su sentido- de manera perfecta, apoyándose en una reconstrucción más que sólida y en un guion bien orquestado. Los actores, hacen el resto, especialmente un enorme Don Cheadle. Pero a pesar de todo esto, hay que falta en la película, como si sus responsables estuvieran más interesados en darle una identidad formal que en dotarla de contenido real. Ahí, el elemento noir se desvanece y la impresión es de estar ante un pastiche evocador pero vacuo. Pero que funciona.
A favor: Los actores, la música, la atmósfera noir...
En contra: Que es demasiado obvia su estrategia retro.