Jugando en serio
por Diana AlbizuEl primer largometraje de Pixar es una obra de ingeniería a todos los niveles, no sólo en lo relación con su animación generada por ordenador sino, notablemente, en la construcción de su guión. Los Pixar boys John Lasseter, Pete Docter, Andrew Stanton y Joe Ranft trazaron las líneas maestras de esta portentosa buddy movie de aventuras, mientras que Joel Cohen, Alec Sokolow y, sobre todo, Joss Whedon llegaron después para terminar de perfilar las líneas maestras de unos diálogos y estructura narrativa pulidos hasta un extremo obsesivo. Incluso en el apartado actoral no es nada descabellado afirmar que Tom Hanks y Tim Allen hacen la mejor actuación de sus carreras como Woody y Buzz Lightyear respectivamente. Enmarcando todo eso hay un universo construido y dotado de personalidad al milímetro, sacando el mejor partido imaginable a la premisa de unos muñecos y juguetes con vida cuando los humanos no miran y potenciando la sensación de identificación con un puñado de píxeles bien distribuidos gracias a, al contrario que sus secuelas crecientes en ambición, haber asumido la pequeña escala juguetil como escenario de toda la aventura.
A favor: La pulcritud de lo diseñado y la emoción de lo genuino.
En contra: Se acaba pronto y sus (notables) secuelas no están a la altura.