Críticas
2,0
Pasable
Una decisión peligrosa

Criminales de buen corazón y pocas ideas

por Paula Arantzazu Ruiz

 En el thriller, como sucede con otros géneros cinematográficos, no importa tanto qué explicas sino cómo lo explicas. Ya lo dijo hace más de cien años el pionero D. W. Griffith: para hacer una película sólo se necesita una chica y una pistola; máxima reformulada décadas más tarde por Jean-Luc Godard, experto en acercarse al cine negro con el objetivo de derivar la trama criminal hacia otros derroteros fílmicos. En Una decisión peligrosa, del director danés Henrik Genz, se nos cuenta una historia muchas veces vista, la de una pareja en crisis económica que se encuentra un botín de dudosa procedencia y acaba enfrentándose a una banda de violentos delincuentes, pero hay tan poca gracia en la manera en que se pone en escena el relato como en una reunión ejecutiva a primera hora de un lunes.

James Franco y Kate Hudson (en los papeles de Tom y Anne Wrigh) hacen gala de una estupenda química en pantalla, pero sus risueños y pulidos rostros quizás no eran los más adecuados para protagonizar una película que necesitaba unas caras algo más castigadas y urgentes de ese dinero del que se apropian. Tampoco está especialmente bien escogido Tom Wilkinson en el rol del policía que les vigila en la sombra, sabedor de que ocultan ese dinero proveniente de la droga; pero menos creíble todavía es que todos ellos sean capaces de dar esquinazo una y otra vez a los capos más peligrosos del Canal de la Mancha como si pasearan sonrientes por alguna de sus habituales películas. Son desencajes graves, como lo es también la solución por la que opta Genz para solventar el entuerto: sangre a chorretones en un giro final tan alocado como simplón.

A favor: Franco y Hudson huyendo de los criminales como si protagonizarn cualquiera de sus habituales comedias.

 En contra: ¿Es necesario que todos los thrillers de Hollywood estén coloreados de azul?