El Irán moderno
por Miguel BlancoLa mayoría de películas de Bahman Ghobadi muestran un Irán tradicional y rural, basado en la cultura islámica y en la vida familiar. Es el Irán al que nos tienen acostumbrados en Occidente. El Irán folclórico y hermético que interesa en los festivales, con unos signos propios e inescrutables, que no es más que un prejuicio occidental. Cuando Kiarostami hizo una película netamente urbana como 'Ten', el gran maestro persa no tuvo estreno en España. A Ghobadi le pasa algo parecido. Tras hacer dramas sentimentales sobre el pueblo kurdo y sobre las zonas más pobres de Irán, siempre del gusto occidental, decidió cambiar de registro y realizar una película contemporánea y además basada en la escena del rap persa.
Sí, existe el rap persa. No todos los iraníes se dedican a la agricultura y al Islam. Sin duda, es uno de los triunfos de la película, conseguir ampliar nuestros horizontes sobre lo que es el país persa. Pero también es cierto que la película de Ghobadi tiene los mismos problemas que sus anteriores películas, un exceso de sentimentalismo y la recurrencia a demasiados tópicos dramáticos, especialmente en lo referente a las diferencias entre hombres y mujeres. Aún así, es una película que se ve con agrado por el tono desenfadado y moderno que tiene, frente a las habituales películas iraníes que parecen casi siempre la misma. Es también una película con cierto riesgo, al tratar la resistencia frente a las imposiciones del régimen de la Revolución islámica y de los textos coránicos. Es decir, sobre la lucha entre el rigor tradicional y los deseos de libertad que propagan los ritmos de la música que baña toda la película.
A favor: Un Irán moderno y diferente.
En contra: Que Ghobadi se pierda en la intrascendencia dramática.