Críticas
3,0
Entretenida
El enigma del cuervo

Más letra que cine

por Violeta Kovacsics

En la corta filmografía de James McTeigue pesa el hecho de haber llevado a la pantalla uno de los cómics más importantes de la historia y naufragar en lo fílmico. 'V de Vendetta' no dejó su huella en el vasto terreno del cine de superhéroes, donde tienen cabida desde las cintas de autor como 'Spider-man 2' a los divertimentos puros como 'Los vengadores'. Con esta losa, McTeigue se planta ahora ante una trama que apela a la figura y la obra de Edgar Allan Poe. De nuevo, tiene ante si estar a la altura del papel (o al menos, no desmerecerlo). No lo ha logrado, cierto; pero al menos esta vez le acompaña una trama original, que evoca al referente literario sin necesidad de copiarlo letra por letra.

'El enigma del cuervo' parte de un interrogante real: ¿qué fue de Edgar Allan Poe en los días previos a su misteriosa muerte? A partir de aquí, se asienta en una premisa sumamente atractiva: con la ayuda de un policía, el escritor deberá encontrar a un asesino en serie que emula sus macabros relatos. Así, la trama arranca con un asesinato que imita 'Los crímenes de la calle Morgue' y prosigue evocando cuentos tan insignes como 'El pozo y el péndulo'. McTiegue no tiene que hacer más que ilustrar el juego que propone el guión.

John Cusack señala el camino a seguir, con una interpretación siempre al límite entre lo cómico y lo romántico –cada día más, se muestra como un actor extremo–, que parece inspirarse en el manual de Robert Downey Jr. y su Sherlock Holmes. 'El enigma del cuervo' no deja de ser eso: unos apuntes de ironía, otros de historia de amor y otros de intriga; en un "cocktail" no necesariamente bien mezclado. Sobre todo ello, se erige la sombra de Poe y de su literatura. Sus versos, también su narrativa. El mejor tributo que le ha rendido el filme está en las escenas en sombra, entre la bruma o en las cuevas de un viejo alcantarillado, cuando el policía decide apagar la poca luz que hay y moverse en la más profunda oscuridad.

A favor: Un guión que evoca con gracia las obras de Edgar Allan Poe.

En contra: Un director que suele estropear aquello que toca.