Críticas
2,0
Pasable
Marea letal

Sólo los ángeles tienen aletas

por Mario Santiago

Echando mano de una cierta generosidad crítica, 'Marea letal (Dark Tide)' podría verse como una película imbuida del espíritu de Howard Hawks, el gran maestro del cine clásico norteamericano, excelso dominador del cine de género. De hecho, la película reúne varias obsesiones puramente hawksianas: la fascinación por los profesionales abocados al peligro cotidiano —los aviadores de 'Sólo los ángeles tienen alas' o los cazadores de 'Hatari'—, los escenarios exóticos, la guerra de sexos —que surgía en casi todas sus películas, fueran de aventuras, comedias o filmes noir—. Y tirando del hilo, podríamos llegar a ver al Olivier Martinez de 'Marea letal' como un trasunto del Gérard Blain de 'Hatari', aquel valiente francés que se incorporaba al equipo de cazadores liderado por John Wayne. El problema de esta analogía es que sólo sirve para rasgar la superficie de la película que nos ocupa: un discreto filme de aventuras con ecos del cine de terror protagonizado por una atrevida fémina capaz de nadar entre grandes tiburones blancos como si fuera una sirena entre delfines.

La heroína está interpretada por Halle Berry, cuya enérgica tenacidad y cuya esbelta figura dan sentido a una película que la enfrenta a la superación del traumático accidente con el que se abre el relato. Intentando escapar de la 'maldición del Oscar', Berry se vuelca en un papel que le exige más esfuerzos físicos que dramáticos, y en su ayuda acude su actual pareja (en la vida real), otro actor en horas bajas: un Olivier Martinez que exprime su perfil más tosco con relativo éxito. A la postre, 'Marea letal' encuentra sus mayores limitaciones en la impersonal dirección de John Stockwell —un amante de la acción acuática, como demuestra su trabajo en 'Inmersión letal (Into the Blue)', 'En el filo de las olas' o 'Turistas'—. Más cómodo por debajo que por encima de la línea de flotación, Stockwell intenta situar la película en un punto intermedio entre el palpitante suspense del mítico 'Tiburón' de Steven Spielberg, los festivos excesos del 'Deep Blue Sea' de Renny Harlin —delirante filme de culto— y la agitación meteorológica de 'La tormenta perfecta (The Perfect Storm)'. Pero el combo le sale demasiado insulso, carente de la cohesión formal o la fuerza dramática que pudieran hacer relucir el discreto espectáculo visual.

De los referentes antes mencionados, el que es recuperado con menor fortuna es el clásico moderno de Spielberg, al que se homenajea en un ataque nocturno de escualo. En el fondo, los tiburones de 'Marea letal' son menos unos enemigos que los objetos de una peligrosa obsesión. Una fascinación vehiculada a través de una narración y unos personajes construidos a golpe de cliché, incapaces de despertar la fascinación más relevante: la del espectador.

A favor: Una cierta humildad narrativa que podría hacer pensar en una aventura de serie B.

En contra: El blando drama paterno filial entre el padre adinerado (Ralph Brown) y el hijo resentido (Luke Tyler).