Tras su revisión del clásico de Elaine May 'The Heartbreak Kid' en la notable 'Matrimonio convulsivo', Peter y Bobby Farrelly escribieron y dirigieron 'Carta blanca', en la que Owen Wilson y Jason Sudeikis interpretan a dos hombres a quienes sus mujeres, cansadas de sus quejas, permiten que ambos tengan unos días de desenfreno y libertad total sin consecuencias para sus actos. Construida a base de gags antes que por una narración hilvanada coherentemente, 'Carta blanca' pretende ser una película irreverente y escatológica, hiriente y crítica con los convencionalismos sociales (matrimonio en este caso), pero sus intenciones se pierden debido a que, al final, los hermanos Farrelly caen en un conservadurismo tanto visual como en su mirada (al final todo acaba en el lugar en el que, socialmente, debe estar). El buen trabajo de Wilson y Sudeikis, así como de los secundarios (Richard Jenkins, por ejemplo), ayudan a que 'Carta blanca' tenga varios momentos interesantes y divertidos, instantes aislados en un todo sin sentido, aburrido e irritante. Cabe preguntarse por los motivos por los que los hermanos han ido derivando en su cine desde la grosería más absoluta a un cine acomodado y convencional en sus planteamientos, y porque a pesar de ello siguen resultando interesantes.
A favor: Los actores.
En contra: El convencionalismo de los Ferrelly.