Desproposito a la quinta potencia
por Virginia MontesTras cuatro entregas parecía imposible que se pudiese sacar más partido a una idea y a unos personajes, pero ahí está Fast & Furious 5 (A todo gas 5), y la siguiente, la sexta..., para desmentirlo. Su director, Justin Lin, quien se hace cargo de todas las entregas desde la tercera, construye una película de más de dos horas de duración (metraje excesivo e innecesario a todas luces) basada en la sucesión de secuencias de acción, alguna en la que Lin intenta que los actores, tras hacer todo tipo de ridiculeces, parezcan personajes con algún tipo de consistencia. El sinsentido se impone a todo conato de racionalidad en una narración que, a la media hora, no da más de sí. Esto, claro está, si uno se toma medianamente en serio la propuesta. Si no lo hace, y deja la mente en blanco, es posible que el espectador se deje llevar por la acción sin pausa de la película, sabiendo que, al final, todo se olvida porque es imposible recordar algo de mediano interés en Fast & Furious 5 (A todo gas 5).
A favor: Nada.
En contra:Todo.