La novia muerta
por Eulàlia IglesiasYa centenario, Manoel de Oliveira ofreció una de sus obras más deliciosas e inclasificables, una historia de amor fou entre un joven fotógrafo judío a quien le encargan tomar la imagen de una novia recién fallecida y el fantasma de ésta, que encarna Pilar López de Ayala. Una película que parte de un guión que Oliveira escribió en su juventud y podría acercarse, a primera vista, a otros títulos de pasiones obsesivas más allá de la muerte como 'Jennie' o 'Vertigo'.
El portugués introduce el elemento fantástico, el espectro de la joven muerta, con técnicas más propias de las fantasmagorías del siglo XIX, en un contexto realista contemporáneo (la historia tiene lugar en un pequeño pueblo de la Portugal interior) donde incluso los personajes discuten en la mesa sobre la actual crisis económica. Tradición y actualidad, realismo y fantasía, belleza carnal y espiritual, humor socarrón y gravedad conviven en este film que abraza el misterio con convincente serenidad.
A favor: La naturalidad con que se explica un cuento fantástico.
En contra: Al espectral personaje de la novia muerta le falta personalidad.