Críticas
3,0
Entretenida
Orson West

Una quimera y una realidad

por Quim Casas

Orson Welles planeó rodar en España a mediados de los sesenta un film titulado 'The Survivors'. Se trataba de un western y no de otra derivación de su Quijote, aunque las andanzas del hidalgo manchego sean, en el fondo, tan westernianas. Uno de los emplazamientos que localizó se encuentra en la frontera entre Alicante y Murcia, tierra rojiza, ocre y verde, ideal para una película del Oeste.

Fran Ruvira nació en Pinoso, al oeste de la provincia de Alicante, allí donde Welles se detuvo, habló con las gentes del lugar e imaginó su western tan imposible como los otros proyectos quiméricos que han contribuido no poco a redondear la mitología del cineasta y hombre de teatro. El engarce entre ambas experiencias es sencillo: 'Orson West', primer largometraje de Ruvira, comenta algunos aspectos de aquella película fantasma de Welles al mismo tiempo que recrea, hoy, el rodaje de un western en las mismas tierras alicantinas a cargo de un cineasta norteamericano.

Cada cosa va por su lado, entre el documento (entrevista con Montserrat Carulla, quien estuvo a punto de trabajar a las órdenes de Welles; una mesa redonda con expertos en el director como Esteve Riambau y Santos Zunzunegui; recuerdos de las gentes de Pinoso que conocieron a Welles) y la ficción (el rodaje, las dudas del director, las relaciones entre miembros del equipo, el reencuentro de la actriz protagonista con personajes de su pasado): una quimera y una realidad.

Pero Ruvira incluye más cosas. No contento con el deambular de la actriz por sus experiencias pasadas, con las evocaciones wellesianas (breves, algo inconsistentes) y los problemas del director para conseguir miradas de sus actores y convencer a sus ayudantes de la viabilidad de una localización, Ruvira introduce la presencia, convertida en aventura, de tres niños que frecuentan el rodaje -también lo dinamitan en un momento, como si fueran el extra hindú de 'El guateque'-, roban un poni y buscan un tesoro.

Welles realizó una espléndida composición del pirata Long John Silver en una versión de 'La isla del tesoro' rodada en España, así que algo de guiño a Stevenson a través de Welles tienen estos pasajes, los más distendidos y frescos del film, un contrapunto que se convierte en esencia del relato multiplicador.

A favor: La idea de trabajar indistintamente con el documento y la ficción, alimentándose ambos estilos mutuamente.

En contra: Cierta dispersión, demasiados personajes y situaciones sin pulir.