Críticas
4,5
Imprescindible
Gummo

Naturaleza muerta con América profunda al fondo

por Diana Albizu

Pieza clave del underground independiente de los años 90, el primer largometraje de Harmony Korine puede ser uno de los retratos más espeluznantes y a la vez tiernos de esa nebulosa de porches a media tarde y raspones en las rodillas que entendemos como crecer en la América profunda. El director, que había obtenido reconocimiento por su atrevido guión para 'Kids' (Larry Clark, 1995) planteó su primer largometraje como un fresco de la vida en una pequeña localidad del Medio Oeste de EE UU; ambientó el film en Ohio, pero terminó rodando la mayor parte en su Nashville, Tennessee, natal.

Mezclando distintos formatos de grabación como 8 mm., 16 mm., VHS, Hi-8 e incluso fotos Polaroid, Korine se acerca a los rostros y gestos de distintos habitantes de la localidad con una mirada tan curiosa y enaltecedora como la de una Diane Arbus a la búsqueda de cuerpos quebrados. Muchos momentos son de una fuerza inolvidable: desde el uso de las canciones de Madonna y Roy Orbinson para acompañar las imágenes hasta esa pequeña pieza de performance improvisada y alentada en la que un simple pulso termina en la destrucción rabiosa y absoluta de una silla de plástico y demás mobiliario de cocina. 'Gummo' necesita ser vista para ser creída; eso es lo que mejor puede definirla.

A favor: La difuminada ambigüedad entre situaciones forzadas y registro documental.

En contra: La inevitable sensación de arbitrariedad en la sucesión de secuencias.