Críticas
3,0
Entretenida
Si de verdad quieres...

Ventana hacia la intimidad

por Beatriz Martínez

La inmersión en la intimidad de una pareja no es tarea fácil de describir desde el punto de vista cinematográfico. Escarbar en su trastienda, en los momentos más incómodos, asistir a su proceso de descomposición o mirar a través de una ventana para observar su comportamiento sexual, nos sitúa como espectadores en una posición incómoda. El director David Frankel ('El diablo viste de Prada') y la guionista Vanessa Taylor ('Juego de tronos'), son conscientes de la tensión que puede provocar una pantalla cuando se convierte en una ventana hacia la privacidad de dos personas, e intentan extraerle el suficiente jugo a este hecho a través de la historia de un matrimonio que lleva treinta años de relación y que ha perdido la pasión después de mucho tiempo sumido en la rutina. Y hay cierta audacia en la forma en la que el director se imbuye de lleno en las interioridades de Kay (Meryl Streep) y Alfred (Tommy Lee Jones), en sus frustraciones y deseos incumplidos, en la forma en la que describe su retrato de familia cotidiano repleto de silencios e incomprensión mutua. Sin embargo, el tono elegido para ello, no siempre funciona: la comedia y el drama en esta ocasión mantienen un peligroso equilibrio que más de una vez está a punto de romperse. Tanto Streep como Jones, se encuentran más cómodos verbalizando que interactuando entre sí de forma física. Por esa razón, los mejores momentos de la película llegan con las sesiones de terapia que imparte el psicólogo que interpreta Steve Carell. En el sofá de la consulta, los dos actores dan rienda suelta a sus talentos interpretativos a través de mínimas modulaciones expresivas: necesitan un solo gesto para que todo adquiera sentido. Sin embargo, mientras intentan arreglar su matrimonio en la alcoba, ambos tensan la cuerda dándolo todo de sí mismos en escenas que bordean el ridículo. 'Si de verdad quieres...' tiene que lidiar con esa doble vertiente un tanto contradictoria en su seno, y si por algo termina resultando vencedora, es por la entrega de sus dos actores protagonistas.

A favor: Meryl Streep (está estupenda, como siempre) y Tommy Lee Jones (una sorpresa en su inesperada vis cómica).

En contra: La utilización constante de canciones que no viene a cuento y que rompen con la narración.