Críticas
1,0
Muy mala
Peligrosamente infiltrada

Cómo defender a la Miley Cyrus actual sin esfuerzo

por Daniel de Partearroyo

A juzgar por la actual imagen de Miley Cyrus precedente al lanzamiento de su próximo disco "Bangerz" (que incluye cambio de look rebelde, apuesta por la hipersexualización, sesiones de fotos con Terry Richardson y un recital de twerking diseñado para la polémica en los MTV Video Music Awards), da la sensación de que la última película protagonizada por la actriz y cantante llega demasiado tarde a nuestras carteleras. En ella, la exprotagonista de Hannah Montana todavía mantiene el registro naíf e inmediato que cultivó después de la serie de Disney en películas como La última canción (Julie Anne Robinson, 2010) y LOL (Lisa Azuelos, 2012), aunque sus dotes para la actuación permanecen indetectables.

Aquí interpreta a una joven fichada por el FBI (en una secuencia impresionante por cómo pisotea la suspensión de incredulidad del espectador ya desde los primeros minutos del filme) para infiltrarse en una hermandad femenina universitaria. Si la idea detrás de Peligrosamente infiltrada era mezclar una versión teen de Miss Agente Especial (Donald Petrie, 2000) con una chiclosa de Nunca me han besado (Raja Gosnell, 1999), al ya de por sí perezoso guión no le hace ningún bien chocarse de bruces contra las declamaciones de Cyrus. Poco importan los detalles o finalidad de su misión, que no oculta la condición de excusa para llegar a un esquema de pez fuera del agua en el que la supuestamente arisca protagonista se enfrenta a todos los tópicos y estereotipos posibles de una hermandad de niñas pijas. Por eso, cuando en el tercio final la subtrama policiaca reaparece revestida por un manto de seriedad y giros de thriller, el absurdo de sus pretensiones explota ante quienes hubieran hecho el esfuerzo de acomodarse en la farsa infantiloide.

Desde la dirección, el impersonal Tom Vaughan no oculta la condición de vehículo a medida para el lucimiento de Cyrus que tiene todo el tinglado, con puyas hacia Lady Gaga o sarcásticas referencias a los paparazzi incluidas. Ella es la absoluta protagonista, aunque hace poco más que pasearse por el desarrollo mecánico de un argumento tan urgentemente necesitado de secundarios cómicos efectivos (lo de las compañeras de hermandad parece propio de primer borrador de guión) como de la sangre y el nervio que, por el contrario, la estrella sí parece estar aplicando sobre la nueva etapa de su carrera pop.

A favor: La idea de un caimán como perro guardián.

En contra: La ridícula historia y su enervante desarrollo.