Críticas
3,0
Entretenida
American Pie: El reencuentro

Me encanta el rock clásico

por Gonzalo de Pedro

Una pequeña línea de diálogo, en una de las secuencias decisivas de la película, resumea la perfección el espíritu que retrata la última entrega de esta serie: Jim, el protagonistapajillero, hoy padre de familia en plena crisis sexual, lleva a su joven vecina a casa.Ella, borracha como una cuba, baila desaforada al ritmo de Wannabe de las SpiceGirls, mientras grita: "¡Me encanta el rock clásico!". En ese salto generacional, en esadisfunción temporal que supone la adolescencia, y sobre todo, en la constatación porparte de los protagonistas que ya no son los jovencitos obsesionados con el sexo queprotagonizaron las primeras entregas, reside la tensión de la película. En el fondo, noes sino un acercamiento más de la comedia norteamericana a la eterna crisis de losadultos que se resisten a serlo (y que mantienen intactas sus preocupaciones sexuales,aunque trasladadas a las disfunciones propias de la mediana edad), pero realizado conla particular combinación que hizo célebre especialmente a la primera entrega de la serie,'American Pie' (1999): gamberrismo, obsesión sexual, chistes verdes y romanticismoa partes más o menos iguales. Para entendernos: estamos bien lejos de la comediagamberra que se desarrollaría algo después, y nos movemos en un terreno que combinala emoción (facilona, sí), con el chiste grueso.

Trece años después, la película juega de manera descarada al auto-homenaje, y aunqueno estamos ante un ejercicio de intelectualización suprema, convendría revisar la primeraentrega de la serie para entender bien el juego referencial, temporal y vital sobre el quese articula la película, que no en vano es la primera de todas las entregas de la serie en laque se reúne el reparto completo de la primera película. Tomando como eje una reunióndel instituto, 'American Pie: El reencuentro' es, cuando menos, un buen intento de los creadores deseguir el paso de aquellos espectadores adolescentes que encontraron en 'AmericanPie' un reflejo hilarante de sus desarreglos hormonales, y que ahora, entrados ya enla treintena, han visto cómo las obligaciones de la vida adulta han arrastrado con sussueños de juventud... y con su vida sexual. Porque, aunque contiene suficientes chistestontos (pero geniales), marca de la casa, el transfondo agridulce está destinado a quienesven la adolescencia con cierta añoranza, y no a quienes la adolescencia no les deja vernada más allá de sus órganos sexuales.

Lo mejor: El tono, que sin dejar de ser cómico recoge una sensación de desamparo muypropia de los adultos que no quieren asumir que lo son.

Lo peor: Que habrá quien la juzgue como lo que no es ni pretende ser.