Los golpes de la vida
por Alejandro G.CalvoA Paddy Considine, director novel que debuta en el campo del largometraje con esta 'Redención (Tiranousario)' -a partir de ahora sólo 'Redención'-, le conocemos principalmente por su (notable) trabajo como intérprete en títulos (muy british) como 'Submarine', 'Le-Donk & Scor-zay-zee' o 'Stoned' (aunque también tuvo pequeños papeles en títulos más populares, caso de 'El ultimátum de Bourne' o '24 hour party people). Para su puesta de largo, Considine, ha decidido enfangarse en lo más profundo del ser humano, creando con esta 'Redención' un retrato de ultraviolencia doméstica, plagada de seres miserables, pues tanto los maltratadores como los maltratados, pasean sus cuerpos por la película arropando la desgracia existencial de la mejor forma posible.
Peter Mullan, voraz intérprete de personajes agresivos, es el portador de la obra: en los primeros minutos de la cinta mata a palos a su perro, llora su muerte, vuelve a meterse en peleas, se vuelve a arrepentir... su personaje es un adicto al caos, que busca con todo ímpetu autodestruirse. La salvación le llega de la mano de Hannah (Olivia Colman, lo mejor de la película), una devota cristiana a la que su marido maltrata salvajemente siempre que puede. La violencia, pues, es el catalizador y significante de la obra en sí: Considine trata de crear una fábula en la mugre, mostrar que desde las brasas del odio más desquiciado puede llegar surgir una historia de amor, por frágil o mínima que sea.
El problema resulta que para llegar a ello el espectador debe enfrentarse con una serie de imágenes de discutible gusto (para que se hagan una idea: al personaje del marido lo presenta orinándose en su esposa mientras ella duerme). La política de 'Redención' implica que para hacer comprender el horror éste ha de estar mostrado en primer plano, sin sutilezas, sin tejemanejes, sin ambigüedades. Un plato demasiado basto para ser digerido sin complicaciones; en el fondo, es un problema tan viejo como el mismo cine: para retratar el horror no debería ser necesario plasmarlo tal cual. ¿O sí?
A favor: Los intérpretes, principalmente Olivia Colman
En contra: La pornografía de la violencia