Puta vida
por Diana AlbizuUno de los aspectos más destacables del segundo largometraje escrito y dirigido por Lodge Kerrigan es la atención que el cineasta pone a los marcos arquitectónicos e interiores dentro de los que se mueven los personajes de lo que, por lo demás, no dejaría de ser un drama más o menos predecible sobre la odisea de una prostituta para alcanzar estabilidad económica, dejar de vender su cuerpo y tener un hijo, En el filme de Kerrigan, no es el destino lo que aflige a los personajes, sino la alineación de los espacios que habitan, reflejada por líneas quebradas, estructuras de cristal y hormigón, paredes de apartamento vacías y espejos de hoteles con olor a sexo.
Por otro lado, la prematuramente desaparecida Katrin Cartlidge ofrece una interpretación estupenda como la protagonista Claire (tenía una carrera muy prometedora por delante, tras trabajar con Mike Leigh y Lars Von Trier, pero murió de neumonía a los 41 años), llena de miradas e introspecciones tan angulosas como los ambientes en los que se mueve, mientras Colme Meany se conforma ejerciendo de chulo implacable y Vincent D'Onofrio es el taxi driver enamorado de la prostituta con buen corazón. Canción conocida, buenos intérpretes.
A favor: El gato de Claire se sube al regazo de Roland y Colme Meany lo tira por la ventana.
En contra: El hermetismo narrativo no esconde que la historia es bastante convencional.