Apocalyse Now
por Beatriz MartínezCurtis (Michael Shannon) tiene una vida aparentemente perfecta. Todas sus necesidades se encuentran cubiertas: tiene un buen trabajo, una esposa que le hace feliz, una casa confortable y una encantadora hija pequeña. Su familia adquiere los contornos de una idílica postal en la que sus miembros, a pesar de las dificultades (la niña padece sordera), saben salir adelante gracias a su sensatez y la entera falta de ambiciones que no sea la de llevar una existencia plácida y exenta de preocupaciones. Casi al inicio de la película, un compañero de trabajo le manifiesta a Curtis su envidia por considerarlo "un hombre que hace las cosas bien". ¿Cómo desmontar esa estampa idílica y reducirla a un espejismo?
El director Jeff Nichols aborda esta empresa en 'Take Shelter', una película que sirve como metáfora del hombre contemporáneo, que explora sus inseguridades y lo conduce a la locura, a navegar en un lugar indeterminado entre la realidad y las pesadillas. 'Take Shelter' es una película sobre el miedo. Quizás por eso también es una de las aproximaciones al género de terror más inteligentes y turbadoras que se han hecho en los últimos tiempos. Porque lo que destilan las imágenes de la película es horror en estado puro, no solo por las visiones apocalípticas que comienzan a acechar al protagonista, sino por la dimensión atroz del panorama íntimo que se presenta a su alrededor, una amenaza imperceptible que poco a poco lo va acorralando, dejándolo indefenso, como si se tratara de un personaje que huye de un hipotético psicópata y termina quedando a su merced. De esta forma, asistimos al proceso de descomposición de un hombre y de todo lo que le rodea. Los sueños van cercando su intimidad, convirtiendo en todo su entorno en amenazador: primero es su perro, después su mejor amigo, hasta llegar a su propia esposa y a toda la gente del pueblo. Todos sus miedos se materializan a través de la fuerza huracanada de la naturaleza, de una tormenta de proporciones bíblicas que parece convocar el fin de los tiempos.
Curtis tiene presentimientos, pero también comienza a percatarse de que sus pesadillas adquieren una consistencia casi real, de manera que no puede distinguir lo que pertenece al terreno de su imaginación de lo que transcurre en el ámbito de su cotidianeidad. Sin embargo, además de ese pánico hacia todo aquello que le rodea, Curtis siente sobre todo miedo hacia sí mismo, a no poder proteger a su familia y dejarla a merced de cualquier mal, como le ocurrió a él mismo cuando su madre le abandonó al ser diagnosticada de esquizofrenia. Ahora Curtis también puede estar aquejado de este mal, a causa de sus continuas alucinaciones...
Nichols es capaz de unir todas estas piezas, todos estos apuntes que va sugiriendo la narración, de manera que son las imágenes las que adquieren una poderosa fuerza multimetafórica que hacía mucho tiempo que no se veía en una pantalla. Resonancias que nos conducen inevitablemente a la situación del hombre dentro de un mundo, el actual, con la situación de crisis económica y de valores, en el que se siente extremadamente vulnerable, a merced de cualquier cosa que puede reducir su vida a la nada. Curtis quiere salvar a su familia, es su único objetivo. Sin embargo, a medida que lo intenta, todavía va desprotegiéndola más y más: aislando a su hija de su mascota, pidiendo un crédito que pone en peligro su hogar, perdiendo su trabajo y, con él, el seguro médico que iba a curar a su pequeña de su enfermedad. Curtis quiere construir un refugio para alejar a los suyos de la catástrofe, sin darse cuenta de que también a través de sus actos les está conduciendo a ella.
Como también ocurría en la anterior película del director, 'Shotgun Stories' (2007), se va creando durante el metraje una atmósfera muy especial, que incluye un seguimiento a las rutinas de los personajes y de qué forma estas se van modificando a partir de que Curtis va incorporando sus paranoias a su cotidianeidad. Así se va conformando una ambientación opresiva y agónica, a pesar de fotografiar espacios abiertos de una belleza natural pura y armónica. Nichols se detiene con meticulosidad en los objetos, en los paisajes, en los contornos, tanto externos como internos, y de ambos logra extraer inquietud y desasosiego. Nos situamos en la América Profunda, en una casa en medio de ninguna parte, en un pueblo cuyos habitantes se encuentran insertados en una sociedad profundamente conservadora que no está dispuesta a pasar ni una sola falta, ni un signo de debilidad. Lo que al principio parece pacífico, se va convirtiendo en hostilidad, hasta que el pueblo entero decide aislar a Curtis y a su familia por completo, teniendo solo en cuenta el peso de sus prejuicios, también, sus propios miedos a desestabilizar el conjunto.
'Take Shelter' podría ser también una alegoría de los Estados Unidos, de cómo el exceso de protección (a lo que alude el propio título de la película) que ha ejercido sobre su población en los últimos tiempos, ha terminado conduciéndoles al terror y a la paranoia. Pero también puede verse como una película que explota toda su dimensión fantástica (y ahí es donde alcanza su punto de grandeza), en la que al final todo está destinado a desaparecer a causa de una fuerza mayor que todavía pone más de manifiesto la insignificancia de los seres humanos, con sus pequeñas frustraciones, traumas, con sus paranoias y sus necesidades fundamentales que tienen que ver con vivir con dignidad y dejar de sufrir por el pánico a perderlo todo.
A favor: Una sorpresa, una película apasionante que alcanza los contornos de obra maestra.
En contra: Que la interpretación de Michael Shannon no fuera recompensada con una nominación a los Oscar.