Caperucita a la caza
por Paula Arantzazu RuizA Amanda Seyfried no la persigue el lobo de Caperucita Roja, aunque las similitudes con el cuento de los Grimm no acaban aquí. En 'Sin rastro' también hay un bosque, leñadores disfrazados de policías -no tan despiertos, eso sí, como en el mítico cuento de hadas- y un lobo, cazador y al que dar caza. En realidad Jill, la peculiar Caperucita de este 'Sin rastro', se transformará en cazadora cuando su hermana desaparece secuestrada por el mismo maníaco (y lobo feroz) que un año atrás la raptó y escondió en lo más profundo de la espesura que rodea Portland. Liberada del disfraz de víctima que llevaba un año arrastrando, mutará en heroína solitaria, acechada por la policía y en una lucha contrarreloj desesperada tratará de salvar la vida de su hermana. Y redimir la suya.
'Sin rastro' es un thriller construido sobre la tradición de protagonistas inmersos en la paranoia, personajes obstinados en demostrar su verdad ante una sociedad incrédula -familia, autoridades- y unas evidencias en su contra. Una línea de relatos que comprende desde 'El rapto de Bunny Lake' (Otto Preminger, 1965) a 'Plan de vuelo: Desaparecida' (Robert Schwentke, 2005). Hector Dhalia, el director del trabajo, sabe sacarle partido a la angustia de la protagonista y por eso toda la totalidad del filme recae en el personaje de Seyfried. La película la sigue obsesivamente mediante unos convincentes e intensos primeros planos con los que el espectador puede leer en sus inmensos ojos azules una fortaleza edificada en el terror, en la vulnerabilidad.
La responsable de un personaje así, la guionista Allison Burnett, tiene en su haber al menos otras dos féminas igual de portentosas: la superheroína Selene (Kate Beckinsale) en 'Underworld: Amanecer' (2012), o Jennifer Marsh (Diane Lane), protagonista 'Rastro oculto' (2008), un thriller no especialmente distinto al que nos ocupa. En una industria en la que a día de hoy los héroes masculinos se debaten en escenarios mentales y traumáticos, la apuesta del cine mainstream por mujeres sin miedo, más bien temerarias, es mucho más que un logro. Más allá de las supermujeres encarnadas por Angelina Jolie, el cine está investigando unos arquetipos femeninos más feroces y al mismo tiempo más verosímiles. No obstante, la potencia del personaje de Seyfried no esconde las fisuras, en ocasiones grietas, de la trama. La película no consigue funcionar como un bloque coherente, pero, pese a ello, aprueba.
A favor: Amanda Seyfried, en una interpretación muy poderosa.
En contra: Los secundarios de la película no tienen tanta fuerza y en ocasiones actúan como títeres.