La intolerancia nuestra de cada día
por Eulàlia IglesiasLa adaptación al catalán del mítico tema "California über alles" de los Dead Kennedys cierra el tercer largometraje de Ramon Térmens, además de prestarle el título y el espíritu. Aunque no alcance la contundencia de la canción escupida por Jello Biafra, la película mete el dedo en el ojo de esa Cataluña que incuba el huevo de la serpiente del fascismo.Como ya llevó a cabo en su primera película, 'Joves' (2004, codirigida con Carles Torras), Térmens estructura la película en tres capítulos interconectados para ofrecer una visión caleidoscópica de la intolerancia a partir de tres situaciones diferentes: un violador sale de la cárcel para no encontrar otra cosa que incomprensión y rechazo en su vecindario; un catalán de origen subsahariano obtiene trabajo como cobrador del frac y, tocado con barretina, faja y alpargatas, persigue a un político xenófobo moroso; y un padre modelo le descerraja un tiro mortal a un ladrón albano-kosovar que ha irrumpido en su casa.
Térmens se ha inspirado en casos reales para otorgar mayor verosimilitud a estas historias que quieren encender la señal de alarma ante la tentación del odio al diferente. El cineasta sitúa detenidamente a cada personaje en su contexto y saca el máximo brillo a la labor interpretativa de la mayoría del elenco. A Gonzalo Cunill, el ex presidiario, no le hace falta ni abrir la boca para componer un personaje inesperadamente conmovedor. En la que ha acabado siendo su interpretación póstuma, Jordi Dauder encarna a un sosias de Josep Anglada (el ex militante de Fuerza Nueva y líder de la xenófoba Plataforma per Catalunya que consiguió representación en 41 municipios en las últimas elecciones), un tipo en las antípodas de las que fueron sus ideas políticas. Babou Cham consigue que su personaje no quede reducido al arquetipo buenista del inmigrante y Joel Joan cumple con creces en su rol de ciudadano modelo de doble moral. Pero si Térmens se preocupa por trazar con detalle el perfil de sus personajes, en cambio acaba tirando por el camino más grueso y tremendista a la hora de resolver las situaciones en que se ven implicados. La voluntad del cineasta de concienciar a los espectadores de los peligros de la intolerancia le lleva a optar por soluciones demasiado fáciles, previsibles y exageradas. Y es que el peligro de los 65.905 votantes de PxC radica en que no se manifiestan abiertamente apaleando a la gente por la calle...
A favor: Todo el elenco y el título.
En contra: La necesidad de extremar las situaciones para denunciar un problema de raíz y expresión más cotidiana.