Críticas
3,0
Entretenida
Miel de naranjas

Matar al padre

por Paula Arantzazu Ruiz

Pese a no ser igual de prolija que la Guerra Civil, la posguerra española ha generado un sinfín de títulos en la cinematografía patria, especialmente a partir de la pasada década. Quién sabe si por el sempiterno grito de hastío que existe en torno a los filmes de la trágica contienda ibérica, o por desarrollar en la ficción cómo fueron los años siguientes al triunfo de Franco, en los últimos años hemos visto tratada esa época mediante el uso de diferentes géneros: la comedia ('Los años bárbaros', de Fernando Colomo (1994)), el fantástico ('El laberinto del fauno', de Guillermo del Toro (2006)), o el drama mayúsculo ('La voz dormida', de Benito Zambrano (2011)).

Imanol Uribe continua con esa línea trazada y se acerca a las penumbras de esa etapa histórica con un doble tratamiento: primero, el thriller como marco donde trenzar el relato; y segundo, un escenario sureño, inusitado y luminoso topos que permite un mayor juego de contrastes entre los personajes afines al régimen y los que pertenecen a la resistencia. La trama, muy sólida, así lo permite, sin caer, no obstante, en el maniqueísmo político. 'Miel de naranjas', eso sí, revisa la memoria histórica y con ello hace visible el siempre transgresor deseo de matar al padre y quebrantar la ley; un deseo por el que los protagonistas arriesgan su futuro sólo por ajusticiar el siniestro pasado.

A favor: Karra Elejalde y Eduard Fernández, espléndidos.

En contra: Las interpretaciones de Blanca Suárez e Iban Garate no son tan potentes como la de los actores secundarios.