Críticas
3,5
Buena
Pie de página (Footnote)

Lucha paternofilial de egos

por Covadonga G. Lahera

Orgullo, envidia y vanidad son los tres sustantivos que acompañan la imagen del cartel de Pie de página (Footnote, 2011), la quinta película de Joseph Cedar, neoyorkino criado en Jerusalén, por la que se alzó con el premio al mejor guión en el Festival de Cannes de 2011, que él mismo firma. La ilustración de dicho cartel es una página de un manuscrito en hebreo que se muestra desgajado y roto, como componiendo a su vez una figura ambigua que podría sugerir una llama. Ya en la película descubriremos que dicho escrito pertenece al Talmud, la obra que recoge la tradición oral judía, desde tradiciones y leyes hasta relatos y leyendas. Cientos de rabinos han contribuido a su escritura a lo largo de los siglos, permitiendo la coexistencia de opiniones contradictorias e incluso excluyentes. Dicho libro es el objeto de estudio de los dos protagonistas de Pie de página, dos investigadores que le han dedicado su vida, aunque con diferentes procedimientos y actitudes. Eliezer es el profesor ejemplar laureado en los círculos académicos y Uriel es el veterano erudito, taciturno, poco sociable y ratón de biblioteca. La rivalidad entre ambos es más soterrada que manifiesta, es seca y poco directa, pero la desaprobación mutua es evidente, pese a que ambos respondan al apellido Shkolnik y sean padre e hijo.

Sobre esa competencia se construye el conflicto de un film que tarda demasiado en mostrar sus cartas, tras un arranque moroso que se entretiene en jugar con ciertas bromas locales judías y con las formas, invocando varias técnicas animadas que no acaban de encajar en una propuesta que acabará evolucionando hacia la tragedia cortante. El espectador puede sentirse algo desconcertado ante esta combinación de estilos y tonos, aunque merece la pena aguardar hasta la última hora. Es entonces cuando la película recupera el vuelo que parecía no haber levantado, en el momento en el que se presenta el gravoso malentendido del anuncio del Premio Israel. Ahí todo empieza a enturbiarse sobremanera y Cedar logra armar con intensidad unas cuantas grandes secuencias que se tiñen de sarcasmo, patetismo y cierta agresividad: la reunión del comité que concede el premio con Uriel, la representación del proceso mental a través del cual Eliezer llega a la verdad, la atrevida decisión de cerrar así la cinta…

A favor: La hora final del filme con las secuencias ya destacadas arriba.

En contra: Un arranque desconcertante que se va demasiado por las ramas en lo formal y en presentar el meollo del film.