Críticas
2,5
Regular
Invasor

Fuego amigo

por Eulàlia Iglesias

El autismo de la mayor parte del cine español respecto a la realidad del país se hace más evidente cuando hablamos de películas de género. Al contrario del modelo estadounidense en el que le gusta tanto espejarse, el cine español se suele mostrar incapaz de responder a las urgencias del entorno (de una atentado terrorista a la crisis económica) con películas que además no renuncien al éxito de taquilla. Invasor representa, a priori, una sana excepción a esta norma. A partir de la novela homónima de Fernando Marías, el nuevo largometraje de Daniel Calparsoro (últimamente mucho más activo en la televisión) convierte la intervención del ejército español en Oriente Medio no solo en el paisaje de fondo de un thriller de acción, también en una fuente de conflictos morales para su protagonista, un médico militar destinado en Irak (Alberto Amman) que se niega a aceptar la versión oficial sobre un ataque en el que se ha visto involucrado, enfrentándose por ello a altos estamentos militares.

Invasor pretende jugar en la misma liga que films como Celda 211 (comparten los mismos productores), la de un cine que ambiciona el éxito comercial practicando un género musculoso para espectadores que ya no se conforman con un pastiche cualquiera. Calparsoro demuestra tener pulso para ello: una de las mejores secuencias de la película es la persecución automovilística por las calles de La Coruña, bajo ese cielo gris plomizo tan cantábrico. Sin embargo, la película pierde credibilidad a causa de su dependencia de los modelos estadounidenses, que además destiñe su contenido político. Por ejemplo, el patrón a partir del que se ha perfilado al protagonista es el del héroe de acción que se mueve por sólidas convicciones morales, a imagen y semejanza de tantos personajes de Hollywood que se enfrentan desde la soledad a un ataque de la institución (o a uno de sus miembros corruptos, para ser precisos) a la que siempre han servido lealmente. Aunque se mueva en un contexto claramente español, Invasor no transmite tanto la sensación de desarrollar un conflicto que podría tener lugar en este país, como la de buscar una excusa argumental para llevar a cabo un thriller trepidante... pero poco convincente.

A favor: Karra Elejalde siempre borda los personajes chungos, aquí el alto mando dispuesto a hacerle la vida imposible al protagonista.

En contra: La oportunidad desaprovechada de ofrecer un buen thriller político de acción a la española.