Críticas
2,5
Regular
En el ojo de la tormenta

Tornados

por Clara Rodriguez

Fiel heredera del cine de catástrofes de los años setenta –El coloso en llamas (1974), Terremoto (1974), Aeropuerto 75 (1974)- y de su revival a finales de los noventa – Twister (1996), Un pueblo llamado Dante’s Peak (1997), Volcano (1997)- llega ahora En el ojo de la tormenta, una película de tornados XXL –nada que ver con Sharknado (2013), no se me confundan- arrasando un pequeño pueblo de la América profunda que sacará sonrisas a los fans del género, tanto por su vívido aliento de serie B (una debilidad) como por su alta definición técnica. Presentada como un “found footage” filmada con cámaras caseras –estudiantes que graban su “cápsula del tiempo”-, microcámaras adheridas a un tanque anti-tornados y lo rodado por un equipo de documentalistas, la película pretende trasladar la espectacularidad de la catástrofe medioambiental y llevarla un terreno más doméstico –siguiendo el ejemplo de la excelente Monstruoso (2008) de Matt Reeves-, allá donde el horror y la tragedia se entremezclan con imágenes de lo más espectacular.

Lamentablemente no todo en la película dirigida por Steven Quale (firmante de Destino final 5, 2011)es rugido y destrucción. También hay personajes. Lo sé, inservibles en este tipo de obras, puro relleno que tanto da para un slasher, para una película de Hannah Montana (en paz descanse) o una secuela de Ocho apellidos vascos (2014). Pero lo cierto es que aquí son un peaje insalvable: personajes planos en su definición y cansinos en su estupidez –da igual que sean los jóvenes del instituto, los abigarrados caza tornados o los rednecks alcoholizados-, que entorpecen el visionado de la obra hasta tal punto que uno sólo acaba deseando que llegue un tornado gordo de verdad para que acabe con todos ellos de una vez por todas.

A favor: Todos y cada uno de los tornados

En contra: El director de casting